Comienzo.

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Una figura entró en la habitación. Una capa blanca con el borde azul cielo, rodeaba el cuerpo del hombre que había entrado. Bajo la luz de la taberna podían distinguirse unos ojos que miraban y atravesaban el .
Instantáneamente, la gente de la taberna bajó la voz y se encogió.
El recién llegado se sentó en un taburete en la barra, apartando con majestuoso gesto su capa y haciendo ondear su larga melena, la cual, a pesar de ser gris, no concedía a su aspecto edad, mas si presencia.
Su mano, enguantada en hierro, se apoyó en la barra e inmediatamente, el tabernero se acercó a tomarle nota. De los labios de aquel imponente hombre, fluía una voz de grave, que transmitía tranquilidad. Cuando hablaba era imposible no fijarse en los carnosos labios que se movían sugerentemente, incitando a ser besados.
Detrás de su gran presencia, podía intuirse una persona seria y callada. Pero también divertida e inocente. Se veía un hombre bueno.
Parecía absorto en su vaso de aguamiel. Sin centrarse en nadie más.
Me levante de la mesa y me calce el sombrero, mi cabello pelirrojo ondeo tras de mi, salí de la taberna sin oír otra voz que no fuera la del tabernero, que se quejaba por haber dejado la cuenta sin pagar.

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Me giré lo suficiente, como para ver únicamente un destello rojizo, y el filo de la capa de la mujer que llevaba mirándome desde que había entrado en la taberna.
El tabernero comenzó a proferir maldiciones y calificativos poco apropiados para definir a una dama, mi honor me instaba a retar al caballero mas, considerando que ese hombre me servia comida y que estaba en su hogar decidi atajar el problema de otra forma. Lancé mi mano hacia el cuello de la raida camisa del tabernero y le acerque a mi.
-Relajese bueno hombre, yo pagare la cuenta de esa hermosa dama-le dije con una sonrisa, poniendo mi mano en el hombro de aquel hombre. El sonrio complacido y asintió. Intentaria sacarme unas monedas mas que a ella, pero yo podía permitírmelo.
-Muchas gracias, señor. Muchas gracias. Esa zorra siempre se va sin pagar. Dicen que no tiene dinero pero todo el mundo sabe que es pariente lejana de la reina.
-Disculpe, buen hombre-mi voz sonó dura, con una amenaza encubierta por mis palabras y mi cercanía-. Pero considero que el adjetivo de ‘’zorra’’- pronuncie la palabra con asco, nunca me había gustado proferir insultos contra nadie. Todo lo que tuviera que solucionar lo podía solucinar mi espada en un lance de honor-, no es forma de referirse a una dama. Sea cual se su procedencia.

1 susurro(s) al oido:

alvarino dijo...

jajaja muy bueno violetata =). Sobretodo el protagonista, aquel hombre pelirojo que se va sin pagar.
Me imagino al hombre misterioso como alguien tan serio, pero a la vez alegre, que te haré otro dibujo de él.
Por otro lado, pienso que la mayoría de la gnete le miraba y se callaba silenciosamente más por su atractivo y atuendo, que por su parecer, mas el hombre pelirojo lo describe en todo sentido...Quien sabe, quizás me equivoque...
Felicitaciones infinitas...ewe

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